¿Qué pasó? ¿Qué piso? ………………… ¡Pisó, pisos Pisopak!
Pocho Rospigliosi
15. Mai 7
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¿Qué pasó? ¿Qué piso? ………………… ¡Pisó, pisos Pisopak!
- “Ya vienen los goles de Cubillas”.
- “Donde se hace deporte, ahí está Ovación”.
- “Esto es lo que le gusta a la gente”.
- “Ovación, un Perú en sintonía”.
- “Pantalones Consul, no se arrugan ni a la fuerza!
- ¡Foul, ungüento Charcot que alivia el dolor!
- ¿Quién mató a la cafetera? …………… Filcafé, Filcafé.
- ¿Y cuál es la pila? ……………… Ray-o-vac es la pila.
- ¿Qué hay para comer?....... Pollos y Parrilladas Hilton, qué placer.
Por: Jorge Maehira
El 23 de marzo de 1930 en el distrito de La Victoria nació Carlos Alfonso Rospigliosi Rivarola, más conocido como Pocho. Fue el ícono del periodismo deportivo peruano, incursionó
con mucho éxito en radio, prensa escrita y televisión.
La radio fue su primera gran pasión, su programa Ovación en Radio El Sol se inició en el año 1964, transmitiendo todo tipo de eventos deportivos como: Torneos nacionales, Copa
Libertadores, Campeonatos Mundiales de Fútbol, Juegos Olímpicos, Juegos Panamericanos y cualquier tipo de eventos deportivos, porque como se decía en su slogan: “Donde se hace
deporte, ahí está O….vación un Perú en sintonía.”
Los primeros contactos con el fútbol en mi época (1975 aproximadamente), me acuerdo vagamente que los partidos de fútbol casi no se transmitían por la televisión (salvo que sea
muy importante), tan sólo quedaba el consuelo de agarrar tu radio a pilas y empezar a fantasear las grandes jugadas de tus ídolos, quien sabe, quizás hasta cierto punto, las
grandes jugadas se presentaban más inverosímiles que en la realidad, esa era la magia de la radio.
De repente este detalle fue el principal impulsor que, desde muy niño, la ansiedad por ir a presenciar los partidos en vivo, no era un capricho sino una necesidad de “hambre de
fútbol”, definitivamente mi viejo no podía acompañarme en la mayoría de partidos, mi rebeldía de juventud me impulsaba a ir, no importa “grupo de a uno”, mis amigos contemporáneos
no entendían mi pasión desenfrenada por acudir a ver los partidos, salvo honrosas excepciones como mi compadre (Javier Guibo), que de tanto en tanto nos escapábamos al estadio
juntos, saliendo del colegio.
Como no recordar, como un acápite adicional, escuchar la radio en todas partes, tanto en la casa, en el carro y hasta en la misma tribuna donde espectabas el partido y escuchar
los comerciales y frases de aquellos tiempos como:
- ¿Qué pasó? ¿Qué piso? ………………… ¡Pisó, pisos Pisopak!
- “Ya vienen los goles de Cubillas”.
- “Donde se hace deporte, ahí está Ovación”.
- “Esto es lo que le gusta a la gente”.
- “Ovación, un Perú en sintonía”.
- “Pantalones Consul, no se arrugan ni a la fuerza!
- ¡Foul, ungüento Charcot que alivia el dolor!
- ¿Quién mató a la cafetera? …………… Filcafé, Filcafé.
- ¿Y cuál es la pila? ……………… Ray-o-vac es la pila.
- ¿Qué hay para comer?....... Pollos y Parrilladas Hilton, qué placer.
La mayoría de estas frases me transportan automáticamente a épocas gloriosas del fútbol peruano, Pocho fue el pionero de la radio deportiva, se anticipaba a los acontecimientos y
por ende daba las primicias antes que los mismos diarios, por eso su programa Ovación en la radio tenía una sintonía increíble.
Una anécdota, recuerdo en mis épocas juveniles. Siempre fui un acérrimo aficionado al fútbol, a tal punto que bordeaba la exageración (según algunos), cuando por casualidad
algunos de mis amigos subían al carro de mi viejo y coincidía con el programa Ovación en la radio, automáticamente las caras de sorpresa e incredulidad invadían los rostros de mis
acompañantes y a viva voz me decían:
- ¡Qué…. hasta aquí sigues escuchando fútbol, este está loco!
Fue el primero en acercar a los deportistas con los hinchas, movió masas, experto en crear neologismos, manejó en forma sorpresiva y eficaz la publicidad y la información
paralelamente en forma natural. Durante más de 30 años, nuestro querido Pocho fue el internet de los hinchas. A sus propios invitados, concluía la entrevista preguntándoles algún
slogan de sus patrocinadores como: ¿Cuál es la pila, Perico?... y el invitado por inercia contestaba su requerimiento (Ray-o-vac es la pila, Pocho), así de fácil se ganaba sus
“frejoles”.
También se dio el lujo de potenciar uno de sus mayores pasiones, era un melómano insaciable. Los domingos transmitía música en sus programas: “Los domingos de Ovación”, “Tres en
Ovación” y “Salsa en Ovación”. Contó con unos invitados de lujo como: Oscar D’León, Dámaso Pérez Prado, Luis Miguel, Mario Moreno “Cantinflas”, Chabuca Granda, Julio Iglesias, por
citar algunos.
La revista deportiva más leída en el Perú, Ovación vio la luz a partir del año 1973, dicha revista traía siempre al medio el poster del equipo de la semana, para todos los
“taperos” de mi época (juego de fútbol a base de tapas), era de ley comprar dicha edición a como dé lugar. Estuvo mucho tiempo como jefe de deportes en el diario La Crónica y un
pequeño período en el diario El Comercio.
Ingresó con gran éxito en la televisión, Gigante deportivo en Panamericana Televisión (1980-1986) fue el programa top de los deportes, sábados y domingos de 11 am hasta las 4 pm,
arrasaba con el rating. Luego Domingos Deportivos, Primera Plana (Bloque deportivo), Fútbol de primera todos por América Televisión.
Su popularidad traspaso fronteras, debe haber sido el periodista que más ciudades conoció por eventos deportivos a nivel mundial. Conocía al dedillo estadios, deportistas,
entrenadores, dirigentes y empresarios.
Don Pocho, fue un adelantado a su época. Tuvo entre sus amigos al gran Pelé, Di Stefano, Mauro Mina, Teófilo Cubillas, Héctor Chumpitaz, Didí, César Luis Menotti, Cecilia Tait,
entre otros.
Destacó en el periodismo escrito desde muy joven y no necesariamente por su prosa, sino por su infatigable pasión a los deportes, tenía otras habilidades más letales, como su
facilidad para hacer amigos y formar buenos grupos de trabajo.
Su estilo de redacción distaba mucho en comparación con los del Río de la Plata (El Veco, Cherquis Vialo), pero para él, eso no era lo más importante, se zurraba de la sintaxis,
disparaba contra la máquina de escribir, y resaltaba lo que su público quería saber en un lenguaje simple y directo.
Pocho atacaba otras áreas de su dominio, gran interlocutor, su conocimiento del mundo lo dejaba siempre picando, siempre actualizado del orbe deportivo con revistas y diarios
deportivos extranjeros.
Hincha confeso del Sport Boys del Callao y consideró al aliancista Guillermo Delgado como el mejor futbolista peruano que vio jugar.
“Diente de leche” fue otro de sus seudónimos en su entorno más cercano, no tenía la verborragia de los argentinos o uruguayos, pero su criollismo y su chispa innata disimulaban
muy bien sus grandes notas.
Un 15 de octubre de 1988 (57 años) en la clínica Teza, víctima de un derrame cerebral, el periodismo deportivo se enluto con su partida.
Su hiperactividad y su obesidad no eran compatibles, fue aquí donde perdimos a uno de los grandes pioneros del periodismo deportivo nacional.
Después de tiempo reaparezco en estos menesteres y no pensé escribir tanto, pero el personaje lo ameritaba. Crecí con él, pegado a un transistor chiquito que apenas podías captar
la señal, en ese tiempo la imaginación, la ansiedad, la alegría y la tristeza se conjugaban de tal manera, que hasta diría que los partidos de fútbol se hacían imaginariamente
únicos, nunca la imaginación sufrió tanta presión. Gracias Pocho, por tantos momentos mágicos.
Y no se vayan que ya vienen los goles de Cubillas, perdón de Pocho.
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Jorge Rojas Rivera (Mittwoch, 31 Januar 2024 00:40)
Excelente nota, con recuerdos del gran Alfonso "Pocho" Rospigliosi Rivarola.